Desde el..digamos.."incidente" en mi habitación, no había vuelto a ver a Emma, y ciertamente la echaba de menos. Por ello, decidí mandarle una nota para que nos viésemos aquella misma tarde.
Querida Emma:
Siento haber sido un estúpido precipitado, de verdad. Me arrepiento enormemente y te echo de menos, aunque si no quisieras perdonarme lo comprendería. Te espero esta tarde en el bosque, si no vienes, tranquila, habré pillado el mensaje y nunca más volveré a molestarte.
Te Quiero,
Joaquín.
Me había costado unos cuantos folios echos una bola encontrar las palabras adecuadas, pero más o menos había captado la escencia de mis pensamientos. Dejé la nota sobre su cama y me marché al bosque, a esperar.